Un agradecimiento especial a «PLUMAS SORORAS» por dedicar su tercer volumen al tema de la sanación. Participar en la convocatoria para publicar en un fanzine fue mi manera de sanar el pasado: es lindo tener un espacio, pequeño, para publicar un texto o una ilustración. Es un formar parte de algo en el que se puede sanar. Mire a todas las jóvenes participantes, llenas de empuje y pasión: soles brillantes en su zenit veinteañero. Comparada con ellas, en mis tempranos treintas, no me sentí lo suficientemente interesante, original, creativa o apasionada: un «bajón» en la autoestima sólo podía ser una regresión a mi mediana adolescencia, una herida no sanada. Irónicamente, el tema de la convocatoria era "Sanación Sonora". En medio de el encierro, sin convivir más que con mi familia en persona, y llevando cualquier otra convivencia relevante vía virtual, pensar en "sororidad" o en cualquier cosa "sorora" era pensar en el lejano pasado pre-COVID-19. Extraño a
Sobre Dragon Ball Z, mis fics, notas de caracterización, y tips para evadir a la terrible Mary Sue.